La enfermedad cardiovascular sigue siendo la principal causa de muerte en todo el mundo, pero cuando hablamos de infartos, las mujeres enfrentan un riesgo aún mayor. Aunque durante mucho tiempo se ha pensado que los infartos afectan más a los hombres, la realidad es que las mujeres tienen una mayor tasa de mortalidad tras sufrir un ataque cardíaco.

¿Por qué los infartos son más letales en las mujeres? ¿Cuáles son los síntomas específicos que muchas desconocen? En este artículo, exploramos las razones detrás de esta peligrosa realidad y cómo podemos actuar a tiempo para reducir el riesgo.

Infartos en mujeres: un riesgo infravalorado

Los datos no mienten. En España, la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte, superando incluso al cáncer. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 29,17% de los fallecimientos en nuestro país se deben a problemas del corazón, y en el caso de las mujeres, la mortalidad es aún mayor. Las cifras muestran que las mujeres españolas tienen un 5% más de probabilidades de fallecer por causas cardiovasculares que los hombres.

Sin embargo, el problema no radica solo en los números, sino en la percepción de la enfermedad. Durante años, la sociedad ha asociado el infarto con los hombres, lo que ha llevado a una falta de concienciación en la población femenina. Esto tiene consecuencias devastadoras: las mujeres tardan más en buscar atención médica cuando sufren síntomas de un infarto, lo que reduce considerablemente sus probabilidades de supervivencia.

Síntomas de infarto en mujeres: señales que no debes ignorar

Uno de los mayores problemas en la detección del infarto en mujeres es que los síntomas pueden ser diferentes a los de los hombres. Mientras que en los hombres el infarto se manifiesta con un dolor fuerte y opresivo en el pecho, las mujeres pueden experimentar señales más sutiles que, en muchos casos, se confunden con otros problemas de salud.

Estos son algunos de los síntomas más comunes de un infarto en mujeres:

  • Dolor en el pecho o molestia: Aunque no siempre es el síntoma principal, algunas mujeres pueden sentir una presión en el pecho, similar a una sensación de peso o ardor.
  • Dolor en la parte superior del cuerpo: La molestia puede extenderse a los brazos, el cuello, la mandíbula, la espalda o incluso el estómago.
  • Dificultad para respirar: Una sensación de falta de aire o disnea, que puede presentarse incluso sin dolor en el pecho.
  • Fatiga extrema: Muchas mujeres experimentan un cansancio inusual días o semanas antes de sufrir un infarto.
  • Náuseas o vómitos: Se pueden confundir con síntomas digestivos o de indigestión.
  • Mareos o aturdimiento: Una sensación de desmayo repentino o debilidad sin razón aparente.
  • Sudor frío: Puede parecer una reacción al estrés o ansiedad, pero es una señal de alerta.

Según un estudio presentado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), solo el 39% de las mujeres reconoce los síntomas de un infarto, frente al 57% de los hombres. Esta falta de conocimiento y reconocimiento de los signos de alarma contribuye a que las mujeres reciban asistencia médica más tarde, lo que impacta directamente en su tasa de supervivencia.

Factores de riesgo que aumentan la mortalidad en mujeres

Existen varios factores de riesgo que pueden aumentar la posibilidad de sufrir un infarto y su letalidad en mujeres:

  1. Retraso en la atención médica: Como hemos mencionado, muchas mujeres no reconocen los síntomas o minimizan la gravedad de lo que están sintiendo, lo que hace que tarden más en acudir a un hospital.
  2. Diferencias biológicas: Las mujeres tienen arterias más pequeñas que los hombres, lo que puede hacer que el tratamiento de un infarto sea más complicado.
  3. Cambios hormonales: La menopausia y la disminución de estrógenos aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular.
  4. Estrés y carga emocional: Las mujeres suelen asumir múltiples responsabilidades familiares y laborales, lo que puede aumentar los niveles de estrés y, por ende, la presión arterial.
  5. Diabetes: Las mujeres con diabetes tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir un infarto en comparación con los hombres diabéticos.
  6. Fumar: El tabaco afecta más a las mujeres que a los hombres en lo que respecta a problemas cardíacos.
  7. Obesidad y sedentarismo: La falta de ejercicio y una dieta poco saludable pueden elevar el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Cómo reducir el riesgo de infarto en mujeres

La prevención es clave para reducir el riesgo de infarto y mejorar la salud cardiovascular en las mujeres. Aquí algunas medidas que pueden marcar la diferencia:

  • Realizar chequeos médicos periódicos: Controlar la presión arterial, los niveles de colesterol y la glucosa en sangre es fundamental para detectar factores de riesgo a tiempo.
  • Adoptar una alimentación saludable: Consumir frutas, verduras, grasas saludables y reducir el consumo de azúcares y alimentos ultraprocesados.
  • Hacer ejercicio regularmente: Al menos 30 minutos de actividad física moderada cinco veces a la semana puede fortalecer el corazón.
  • Evitar el tabaco y el alcohol en exceso: Dejar de fumar reduce significativamente el riesgo de enfermedades del corazón.
  • Manejar el estrés: Técnicas como la meditación, el yoga o simplemente dedicar tiempo al descanso pueden ser beneficiosas.
  • Aprender a reconocer los síntomas: Informarse y compartir este conocimiento con otras mujeres puede marcar la diferencia en una emergencia.

El papel de la comunidad médica y la sociedad

Los especialistas en cardiología han destacado la importancia de generar una mayor conciencia en torno a las enfermedades cardiovasculares en mujeres. La Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC) han creado campañas informativas para resaltar esta problemática y fomentar la prevención.

Según la doctora Mila Pedreira, coordinadora del grupo de trabajo ‘Mujeres en Cardiología’ de la SEC, es fundamental que los profesionales de la salud sean conscientes de que las mujeres presentan síntomas distintos y pueden necesitar una atención más rápida y específica.

Además, es necesario que la sociedad en general deje de asociar los infartos únicamente con los hombres y promueva hábitos de vida saludables en las mujeres desde una edad temprana.

Conclusión: actuar a tiempo salva vidas

Los infartos en mujeres no solo son una realidad, sino que también son más mortales que en los hombres debido a la falta de reconocimiento de los síntomas y el retraso en la atención médica. Conocer los signos de alarma, realizar chequeos regulares y adoptar un estilo de vida saludable pueden marcar la diferencia.

La información y la prevención son herramientas poderosas para reducir la mortalidad por infarto en mujeres. Comparte este artículo con las mujeres de tu entorno y ayúdalas a estar informadas. Porque el conocimiento puede salvar vidas.