Enfermedad de Kawasaki: lo que debes saber sobre esta afección cardiovascular infantil. Una enfermedad poco común, pero con riesgos importantes para el corazón

 

La enfermedad de Kawasaki es una patología infantil poco frecuente, pero potencialmente grave si no se diagnostica y trata a tiempo. Aunque su causa sigue siendo desconocida, esta enfermedad puede afectar al corazón y causar complicaciones cardiovasculares si no se actúa con rapidez. Por eso, conocer sus síntomas, tratamiento y posibles consecuencias es fundamental para padres, cuidadores, personal sanitario y educadores.

En este artículo te explicamos qué es la enfermedad de Kawasaki, a quién afecta, cómo se manifiesta y qué relación guarda con la salud cardíaca. Desde gCardio, reafirmamos nuestro compromiso con la prevención, la educación en salud y la protección cardiovascular desde la infancia.

¿Qué es la enfermedad de Kawasaki?

La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis aguda de origen desconocido que afecta principalmente a niños menores de 5 años. Se trata de una inflamación de los vasos sanguíneos, en especial de las arterias coronarias, lo que puede comprometer el funcionamiento del corazón.

Fue descrita por primera vez en 1967 por el pediatra japonés Tomisaku Kawasaki, y desde entonces se ha documentado en todo el mundo, aunque su incidencia es mayor en países del este asiático.

Aunque la mayoría de los casos se resuelven con tratamiento, si no se actúa a tiempo, puede causar aneurismas coronarios u otras complicaciones cardiovasculares graves.

¿A quién afecta?

La enfermedad de Kawasaki afecta principalmente a niños menores de 5 años, aunque también puede darse en niños más mayores y, en raras ocasiones, en adolescentes.

Factores de riesgo:

  • Edad: el 80% de los casos ocurren en menores de 5 años.
  • Sexo: es más frecuente en niños que en niñas.
  • Origen étnico: mayor prevalencia en población asiática, especialmente japonesa y coreana.
  • Estacionalidad: los casos aumentan en invierno y primavera.
  • Factores genéticos: se sospecha que existe cierta predisposición genética.

No es una enfermedad contagiosa, aunque algunos expertos creen que puede estar relacionada con una respuesta inmunológica anómala ante una infección viral o bacteriana.

Síntomas de la enfermedad de Kawasaki

Los síntomas de la enfermedad de Kawasaki suelen aparecer en varias fases. Reconocerlos a tiempo es clave para comenzar el tratamiento lo antes posible.

Fase aguda (días 1 a 10):

  • Fiebre alta persistente, superior a 38,5 °C durante más de 5 días y sin causa aparente.
  • Enrojecimiento ocular sin secreción (conjuntivitis no purulenta).
  • Labios rojos, agrietados y lengua “en fresa” (con aspecto rojo e inflamado).
  • Erupción cutánea en tronco y extremidades.
  • Inflamación de manos y pies, con enrojecimiento de palmas y plantas.
  • Adenopatías cervicales, especialmente ganglios inflamados en el cuello.

Fase subaguda (días 10 a 25):

  • La fiebre disminuye, pero pueden aparecer descamaciones en dedos y plantas.
  • Aumenta el riesgo de formación de aneurismas coronarios.
  • Puede observarse irritabilidad, dolor abdominal, vómitos o diarrea.

Fase de convalecencia (días 26 en adelante):

  • Los síntomas desaparecen progresivamente.
  • Las alteraciones cardíacas pueden persistir o resolverse con el tiempo.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de la enfermedad de Kawasaki es clínico, es decir, se basa en la presencia de los síntomas descritos. No existe una prueba específica que confirme la enfermedad, lo que puede dificultar su detección en etapas iniciales.

Para apoyar el diagnóstico, el pediatra puede solicitar:

  • Análisis de sangre, que suelen mostrar inflamación elevada (PCR, VSG), anemia o alteraciones hepáticas.
  • Ecocardiograma, para evaluar el estado de las arterias coronarias.
  • Electrocardiograma (ECG), para detectar posibles alteraciones del ritmo cardíaco.

La detección temprana es esencial para iniciar tratamiento antes del día 10 de evolución, ya que esto reduce drásticamente el riesgo de complicaciones cardíacas.

Tratamiento de la enfermedad de Kawasaki

El tratamiento debe iniciarse lo antes posible, preferentemente dentro de los primeros 10 días desde el inicio de la fiebre. El objetivo principal es reducir la inflamación y prevenir el daño coronario.

Tratamiento estándar:

  1. Inmunoglobulina intravenosa (IVIG):
    Es el tratamiento más eficaz. Disminuye la inflamación y reduce significativamente el riesgo de aneurismas.
  2. Aspirina (ácido acetilsalicílico):
    Se usa en dosis altas durante la fase aguda y posteriormente en dosis bajas como antiagregante para prevenir trombos.

En algunos casos graves o resistentes, pueden utilizarse otros medicamentos como corticosteroides o inmunosupresores.

Complicaciones posibles

Aunque la mayoría de los niños tratados se recuperan completamente, aproximadamente un 5% de los casos puede desarrollar aneurismas coronarios, incluso con tratamiento adecuado.

Principales complicaciones:

  • Aneurismas en arterias coronarias
  • Miocarditis (inflamación del músculo cardíaco)
  • Pericarditis (inflamación del pericardio)
  • Arritmias
  • Infarto agudo de miocardio (en casos graves)

Estas complicaciones pueden requerir seguimiento cardiológico a largo plazo e incluso intervención médica especializada.

Relación con la salud cardiovascular

La enfermedad de Kawasaki es una de las principales causas de cardiopatía adquirida en la infancia en países desarrollados. Por ello, es fundamental que se realice un seguimiento cardíaco tras el episodio, incluso si el niño se recupera por completo.

En gCardio, creemos que la educación sobre este tipo de patologías es clave para promover una cultura de prevención y vigilancia desde edades tempranas. Cuanto más preparados estén los profesionales y las familias, mejor será la atención ante este tipo de emergencias médicas.

¿Qué pueden hacer las familias y los centros educativos?

Aunque la enfermedad de Kawasaki no se puede prevenir, sí es posible reconocer los síntomas tempranos y acudir de inmediato al pediatra.

Además, en centros escolares y deportivos es importante:

  • Estar atentos a niños con fiebre persistente sin causa clara.
  • Conocer la sintomatología y posibles riesgos cardiovasculares.
  • Contar con protocolos de actuación ante emergencias médicas.
  • Tener acceso a formación en RCP pediátrica y uso de desfibriladores.

La cardioprotección también empieza por conocer y atender los riesgos específicos de cada etapa de la vida.

Conclusión

La enfermedad de Kawasaki es una afección inflamatoria que, si no se trata a tiempo, puede tener serias consecuencias para el corazón. Aunque es poco común, representa una de las principales causas de enfermedad cardiovascular en niños.

Reconocer sus síntomas, actuar con rapidez y garantizar un tratamiento precoz son claves para una recuperación sin secuelas. Además, contar con herramientas de prevención, formación y cardioprotección en espacios escolares o deportivos puede marcar la diferencia.

En gCardio trabajamos para que la salud cardíaca esté presente en cada etapa de la vida, desde la infancia. Apostamos por una sociedad más informada, más protegida y más preparada.

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