Aprende a evitar los 10 errores más comunes al realizar la RCP y aumenta las posibilidades de salvar una vida

La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una técnica fundamental para actuar ante una parada cardiorrespiratoria. Cuando una persona deja de respirar y su corazón se detiene, cada segundo cuenta. Iniciar la RCP de forma inmediata puede duplicar o incluso triplicar las probabilidades de supervivencia.

Sin embargo, aunque muchas personas conocen los conceptos básicos de la reanimación, en situaciones reales es habitual cometer errores que reducen su efectividad. En este artículo, te explicamos los errores más comunes al realizar la RCP, por qué ocurren y cómo evitarlos, tanto si eres personal sanitario como si actúas como primer interviniente.

¿Por qué es tan importante conocer los errores frecuentes?

Durante una emergencia, el estrés, la falta de práctica o el desconocimiento pueden llevar a errores involuntarios que afecten a la calidad de la maniobra. Conocer los fallos más comunes y cómo corregirlos es clave para:

  • Actuar con mayor seguridad y precisión.
  • Aumentar la efectividad de las compresiones torácicas.
  • Reducir el tiempo de inactividad del paciente.
  • Mejorar los resultados clínicos tras la reanimación.

Recuerda: no hacer nada siempre es peor que intentarlo. Pero si vas a intervenir, hacerlo lo mejor posible puede marcar una gran diferencia.

1. No comprobar si hay respuesta o respiración

Antes de iniciar la RCP, el primer paso es verificar si la persona está inconsciente y no respira con normalidad. Saltarse esta comprobación puede llevar a iniciar una reanimación innecesaria o, por el contrario, a no actuar a tiempo.

🔸 ¿Cómo evitarlo? Sigue el protocolo de evaluación inicial:

  • Toca y sacude suavemente a la persona.
  • Pregunta en voz alta: “¿Estás bien?”
  • Observa si respira normalmente durante no más de 10 segundos.

Si no hay respuesta ni respiración efectiva, comienza inmediatamente con la RCP.

2. Retrasar el inicio de las compresiones

Uno de los errores más graves es esperar demasiado tiempo antes de iniciar las compresiones. La duda, el miedo a hacer daño o el desconocimiento pueden hacer que se pierdan segundos críticos.

🔸 ¿Cómo evitarlo? Si tienes claro que la persona no responde y no respira, comienza de inmediato las compresiones torácicas. La probabilidad de recuperación disminuye un 10% por cada minuto que pasa sin RCP.

3. Realizar compresiones con una profundidad incorrecta

Las compresiones deben tener una profundidad adecuada para ser efectivas: ni demasiado superficiales ni excesivamente profundas. Una compresión débil no estimula el flujo sanguíneo suficiente, y una compresión demasiado fuerte puede causar fracturas innecesarias.

🔸 ¿Cuál es la profundidad ideal? En adultos: entre 5 y 6 cm de profundidad por compresión.

🔸 ¿Cómo evitarlo?

  • Coloca tus manos en el centro del pecho (en el esternón).
  • Usa el peso de tu cuerpo, no solo tus brazos.
  • Mantén los codos extendidos y los hombros sobre tus manos.

4. Compresiones demasiado lentas o rápidas

El ritmo de compresión es otro factor crítico. Si el ritmo es lento, no se mantiene el flujo sanguíneo. Si es muy rápido, no se permite que el corazón se recargue entre compresiones.

🔸 Ritmo correcto: Entre 100 y 120 compresiones por minuto, como una canción a ese ritmo (ej. «Stayin’ Alive»).

🔸 ¿Cómo evitarlo?

  • Practica con metrónomo o canciones guía.
  • Usa maniquíes con metrónomo en cursos de formación.
  • Prioriza la constancia del ritmo durante al menos 2 minutos.

5. No permitir la expansión torácica completa

Entre compresión y compresión, es fundamental dejar que el pecho del paciente vuelva a su posición natural. No hacerlo disminuye el retorno venoso y la eficacia de la RCP.

🔸 ¿Cómo evitarlo? Asegúrate de no apoyarte constantemente sobre el pecho del paciente. Realiza la compresión y suelta completamente la presión antes de la siguiente.

6. Mala posición de las manos

Colocar mal las manos puede reducir la eficacia de la compresión o provocar lesiones costales innecesarias.

🔸 ¿Cómo evitarlo?

  • Coloca el talón de una mano en el centro del pecho.
  • Coloca la otra mano encima y entrelaza los dedos.
  • No comprimas sobre costillas ni sobre la parte inferior del esternón.

7. Interrumpir las compresiones innecesariamente

Cada vez que se interrumpe la RCP, el flujo sanguíneo disminuye drásticamente. Muchas personas paran para comprobar el pulso, cambiar de posición o por cansancio, sin justificación real.

🔸 ¿Cómo evitarlo?

  • Minimiza las interrupciones. Si debes detenerte, que no sea por más de 10 segundos.
  • Cambia de reanimador cada 2 minutos si es posible.
  • No pierdas tiempo comprobando el pulso si no estás entrenado.

8. Ventilaciones inadecuadas

Muchos reanimadores fallan en la cantidad, duración o técnica de las ventilaciones. Dar ventilaciones ineficaces puede introducir aire en el estómago (aerofagia) o no aportar oxígeno suficiente.

🔸 ¿Cómo evitarlas?

  • Si no estás entrenado o no tienes barrera facial, realiza solo RCP con compresiones.
  • Si das ventilaciones, haz 2 insuflaciones tras cada 30 compresiones.
  • Asegúrate de que el pecho se eleva visiblemente.
  • No soples demasiado fuerte ni durante más de 1 segundo.

9. No activar los servicios de emergencia

En medio del estrés, puede olvidarse llamar al 112, lo que impide que llegue ayuda profesional a tiempo.

🔸 ¿Cómo evitarlo?
Siempre sigue la secuencia:

  • Evalúa la conciencia.
  • Llama al 112 o pide a alguien que lo haga.
  • Inicia la RCP.
  • Usa un DEA si está disponible.

10. No usar un DEA cuando está disponible

Muchos reanimadores omiten o desconocen el uso del desfibrilador externo automatizado (DEA), a pesar de estar accesible en el entorno.

🔸 ¿Cómo evitarlo?

  • Familiarízate con los desfibriladores instalados en tu comunidad o empresa.
  • Aprende a encenderlo, colocar los electrodos y seguir las instrucciones de voz.
  • No temas usarlo: el DEA solo aplicará una descarga si detecta un ritmo desfibrilable.

La importancia de la formación y el entrenamiento

Todos estos errores se reducen drásticamente cuando una persona ha recibido formación en Soporte Vital Básico (SVB). A través de cursos prácticos, se aprende no solo la técnica, sino también a gestionar la ansiedad, coordinar la ayuda y tomar decisiones rápidas.

En gCardio ofrecemos formación profesional para empresas, ayuntamientos, centros educativos y particulares. Nuestros cursos:

  • Están homologados y bonificables por FUNDAE.
  • Son impartidos por instructores certificados.
  • Incluyen prácticas con maniquíes y DEA de entrenamiento.
  • Se adaptan al nivel y necesidades de cada grupo.

No olvides

La RCP salva vidas, pero para que sea realmente efectiva debe realizarse correctamente. Evitar errores comunes como compresiones superficiales, ritmo incorrecto o mala colocación de manos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Desde gCardio, te animamos a formarte, practicar y difundir el conocimiento, porque una sociedad preparada es una sociedad más segura.

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