Diferencias entre desfibrilador DEA y DESA: Conozca las características y su uso

El Desfibrilador Externo Automático (DEA) y el Desfibrilador Externo Semiautomático (DESA) son dos dispositivos clave en la reanimación cardiopulmonar (RCP) para restaurar el ritmo normal del corazón tras un paro cardíaco. Estos dispositivos, que cuentan con tecnología avanzada, son fundamentales para salvar vidas en situaciones críticas, y cada vez son más comunes en espacios públicos y empresas privadas. El objetivo de estos equipos es guiar a los reanimadores para realizar una RCP de alta calidad y, en caso necesario, administrar una descarga controlada al corazón para devolverlo a su ritmo normal. El AED Plus de Zoll, por ejemplo, es un desfibrilador de última tecnología que cumple con estas funciones de forma eficiente.

El uso de desfibriladores en lugares públicos o privados se ha ido generalizando debido a la importancia de contar con equipos de emergencia en caso de un paro cardíaco repentino. Las normativas sobre la obligación de implantar desfibriladores fuera del ámbito sanitario varían según el país y las comunidades autónomas. Sin embargo, se recomienda su instalación y disponibilidad, ya que estos dispositivos son una herramienta vital para aumentar las probabilidades de supervivencia tras una parada cardiorrespiratoria.

¿Cuáles son las principales diferencias entre desfibrilador externo DEA y DESA?

Aunque tanto el Desfibrilador Externo Automático (DEA) como el Desfibrilador Externo Semiautomático (DESA) cumplen la misma función de restaurar el ritmo cardíaco en situaciones de paro, existen algunas diferencias clave entre ambos dispositivos. La principal diferencia radica en cómo realizan las descargas al corazón.

El desfibrilador DEA es un dispositivo totalmente automático. Una vez que se coloca en la persona que ha sufrido el paro cardíaco, el DEA realiza un análisis del ritmo cardíaco. Si detecta un ritmo desfibrilable, el dispositivo notificará al reanimador mediante señales audibles o visuales y aplicará la descarga de forma automática, sin necesidad de intervención del auxiliador. Este tipo de desfibrilador está diseñado para facilitar el proceso de reanimación, eliminando la incertidumbre y el miedo de la persona que lo utiliza, ya que no requiere conocimientos médicos previos.

Por otro lado, el DESA también analiza el ritmo cardíaco de la persona y determina si es necesario aplicar una descarga. Sin embargo, la diferencia radica en que el DESA no realiza la descarga automáticamente. Una vez realizado el análisis, el dispositivo avisa al reanimador mediante una grabación de voz, indicando que no toque al paciente y que presione un botón para administrar la descarga. Este tipo de desfibrilador requiere una acción manual por parte de la persona para aplicar la descarga, lo que añade un paso adicional en el proceso de reanimación.

En ambos casos, tanto el DEA como el DESA, los dispositivos están diseñados para ser fáciles de usar y cuentan con una serie de instrucciones vocales que guían al reanimador en cada paso del proceso. Estas instrucciones incluyen cómo comprobar la respiración y el pulso de la persona, así como la correcta colocación de las almohadillas de los electrodos en el pecho de la víctima.

Desfibrilador Externo Automatizado (DEA)

En algunas comunidades autónomas, como en Andalucía, se ha adoptado la terminología Desfibrilador Externo Automatizado (DEA), para referirse a estos dispositivos de forma uniforme y en línea con la terminología internacionalmente reconocida (EAD en inglés). Esta terminología hace referencia a la función automática del dispositivo, es decir, que es capaz de analizar el ritmo cardíaco y administrar la descarga sin intervención de una persona. Sin embargo, el aparato debe ser operado por un reanimador, ya que es el responsable de colocar las almohadillas en la persona y seguir las indicaciones del dispositivo.

A pesar de la nomenclatura utilizada, desde el punto de vista práctico no existen diferencias importantes entre el DEA y el DESA. Ambos tipos de dispositivos siguen las directrices y recomendaciones internacionales, y su uso es fundamental para salvar vidas en situaciones de emergencia. Los dos dispositivos proporcionan indicaciones claras para guiar al reanimador a través del proceso de reanimación, asegurando que se realicen las maniobras de forma adecuada y sin causar daño a la víctima.

¿Cómo utilizar un desfibrilador externo?

A pesar de que el uso de desfibriladores externos, especialmente los modelos semiautomáticos (DESA), sigue siendo bajo en Europa, la formación en el uso de estos dispositivos es esencial. Muchas veces, los testigos de un paro cardíaco no están familiarizados con las técnicas de reanimación y, por temor a causar lesiones o hacer mal uso del dispositivo, evitan actuar. Sin embargo, es importante entender que el uso del DEA y el DESA es mucho más sencillo y seguro de lo que comúnmente se piensa.

El proceso de uso de un desfibrilador externo no tiene nada que ver con lo que se muestra en las películas. Estos dispositivos están diseñados para ser fáciles de usar, incluso por personas que no tienen experiencia médica. Cuentan con instrucciones claras que indican qué hacer en cada paso. La intervención del reanimador se limita a seguir las indicaciones del dispositivo, colocar correctamente las almohadillas de los electrodos y, en el caso de un DESA, presionar el botón de descarga cuando se indique.

Existen cursos especializados en el uso de desfibriladores externos y en la realización de Soporte Vital Básico (SVB), tanto presenciales como en línea, impartidos por profesionales de la salud. Estos cursos están diseñados para enseñar a las personas cómo utilizar estos dispositivos de manera segura y eficaz, lo que aumenta las probabilidades de supervivencia de una víctima en caso de paro cardíaco.

gCardio, especialista en la cardioprotección de espacios públicos y privados

En gCardio, nos comprometemos a fomentar una sociedad más cardiosaludable y trabajamos día a día para promover el uso de desfibriladores en lugares públicos y privados. Nuestro objetivo es aumentar la disponibilidad de desfibriladores DEA y DESA en nuestro país, con el fin de ofrecer una respuesta rápida y eficiente ante emergencias cardíacas.

Desde nuestra empresa, nos dedicamos a concienciar a la población sobre la importancia de estos dispositivos y su papel crucial en salvar vidas. Cuantos más desfibriladores estén disponibles y mejor ubicados estén en la vía pública y en lugares de trabajo, más fácil será salvar una vida en una emergencia. Es fundamental contar con una respuesta rápida en los primeros minutos tras un paro cardíaco, y la presencia de un desfibrilador puede marcar la diferencia.

Además, en gCardio entendemos que la calidad es esencial en todo lo que hacemos. Cada acción que llevamos a cabo tiene como objetivo mejorar la salud cardiovascular de la sociedad, y nos aseguramos de que todos nuestros dispositivos sean de la más alta calidad, como el AED Plus de Zoll, para garantizar su efectividad en momentos críticos.

En resumen, tanto el DEA como el DESA son dispositivos esenciales en la reanimación cardíaca que pueden salvar vidas. Si bien existen algunas diferencias en su funcionamiento, ambos son fáciles de usar y están diseñados para ser utilizados por cualquier persona, incluso sin conocimientos médicos previos. La formación adecuada y la conciencia sobre la importancia de estos dispositivos son fundamentales para maximizar las posibilidades de supervivencia en caso de una emergencia cardíaca.

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