El infarto de miocardio es una de las principales causas de muerte en el mundo. Aunque muchos de sus síntomas son conocidos, como el dolor en el pecho o la opresión en el brazo izquierdo, hay otros menos evidentes que pueden pasar desapercibidos y que, sin embargo, pueden ser claves para detectar un evento cardíaco a tiempo. Entre ellos, destaca la disnea como alarma de aviso en infartos, un síntoma que no siempre se asocia inmediatamente con problemas cardiovasculares, pero que puede ser un indicador temprano de que algo no está funcionando bien en el corazón.
¿Qué es la disnea?
La disnea es la sensación de falta de aire o dificultad para respirar. Puede manifestarse de manera súbita o progresiva y en diferentes situaciones, como durante la actividad física o incluso en reposo. Muchas veces, se relaciona con enfermedades respiratorias como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), pero lo que no todos saben es que también puede ser una señal de alerta ante un infarto inminente.
La disnea y su relación con el infarto
Cuando el corazón no bombea sangre de manera eficiente, los pulmones pueden llenarse de líquido, provocando esa sensación de falta de aire. Esto se conoce como congestión pulmonar y es un signo de insuficiencia cardíaca. La disnea como alarma de aviso en infartos ocurre porque el corazón tiene dificultades para enviar oxígeno a los órganos y tejidos, lo que genera una respuesta en el cuerpo que se traduce en problemas respiratorios.
En algunos casos, la disnea puede presentarse días o incluso semanas antes de un infarto, lo que significa que su detección temprana puede ser clave para prevenir un evento cardiovascular grave. Si una persona que normalmente no sufre problemas respiratorios comienza a experimentar falta de aire sin razón aparente, debería consultar a un médico de inmediato.
Tipos de disnea que pueden alertar sobre un infarto
Existen diferentes tipos de disnea, y no todas están asociadas con un infarto. Sin embargo, algunas pueden ser especialmente preocupantes:
- Disnea de esfuerzo: Se produce cuando una persona siente dificultad para respirar al realizar actividades físicas que antes no le causaban problemas, como subir escaleras o caminar distancias cortas.
- Disnea en reposo: Falta de aire que se manifiesta incluso sin realizar esfuerzo. Es un signo de insuficiencia cardíaca avanzada y debe ser evaluado de inmediato.
- Disnea nocturna: Puede despertar a la persona durante la noche con sensación de ahogo. Muchas veces, se alivia al sentarse o incorporarse en la cama.
- Ortopnea: Dificultad para respirar al estar acostado, lo que obliga a dormir con varias almohadas o en una posición más elevada.
Otras señales de infarto que pueden acompañar la disnea
La disnea rara vez se presenta como único síntoma de un infarto. Generalmente, viene acompañada de otras señales de alerta, como:
- Dolor en el pecho: Puede sentirse como una opresión o un peso en el centro del pecho, que puede extenderse al brazo izquierdo, la mandíbula o la espalda.
- Fatiga extrema: Sensación de agotamiento sin una causa aparente.
- Sudoración excesiva: Especialmente si ocurre de forma repentina y sin relación con la temperatura ambiente o la actividad física.
- Mareos o aturdimiento: Puede indicar una mala circulación sanguínea hacia el cerebro.
- Náuseas o vómitos: Aunque se asocian más con problemas digestivos, también pueden ser síntomas de un infarto, especialmente en mujeres.
¿Quiénes están en mayor riesgo de sufrir disnea como síntoma de infarto?
Cualquier persona puede experimentar disnea relacionada con un infarto, pero hay ciertos factores que aumentan el riesgo:
- Personas con antecedentes de enfermedad cardiovascular.
- Hipertensos y diabéticos.
- Fumadores y personas con colesterol alto.
- Personas con obesidad o vida sedentaria.
- Individuos con antecedentes familiares de infartos.
- Mujeres postmenopáusicas.
Es importante recalcar que las mujeres pueden experimentar síntomas atípicos de infarto, como disnea sin dolor en el pecho, por lo que deben estar especialmente atentas a este síntoma.
¿Qué hacer si se experimenta disnea repentina?
Si una persona comienza a experimentar una sensación de falta de aire intensa y sin motivo aparente, especialmente si está acompañada de otros síntomas mencionados anteriormente, debe actuar con rapidez:
- Detener cualquier actividad física inmediatamente.
- Sentarse en una posición cómoda y tratar de controlar la respiración.
- Llamar a emergencias sin dudarlo.
- Si la persona está consciente y tiene antecedentes de problemas cardíacos, tomar una aspirina para ayudar a prevenir la formación de coágulos.
- Si la persona pierde el conocimiento, iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y utilizar un desfibrilador externo automático (DEA) si está disponible.
Cómo prevenir la disnea y reducir el riesgo de infarto
Prevenir la disnea asociada con problemas cardíacos pasa por mejorar la salud cardiovascular. Algunas estrategias clave incluyen:
- Adoptar una dieta saludable: Reducir el consumo de grasas saturadas, azúcares y sodio, y aumentar la ingesta de frutas, verduras y alimentos ricos en fibra.
- Ejercicio regular: Practicar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana.
- Dejar de fumar: El tabaco es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular.
- Controlar el estrés: La ansiedad y el estrés pueden agravar los problemas cardíacos y respiratorios.
- Revisiones médicas periódicas: Especialmente si se tienen factores de riesgo como hipertensión, diabetes o antecedentes familiares de enfermedades cardíacas.
Conclusión
La disnea como alarma de aviso en infartos es un síntoma que no debe ser ignorado. Si bien puede estar relacionada con otras condiciones, su aparición repentina, especialmente en personas con factores de riesgo, debe ser tomada con seriedad. Estar atentos a la falta de aire inusual y acudir al médico de inmediato puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. La prevención y el conocimiento de los síntomas son claves para actuar a tiempo y proteger la salud del corazón.