Entre los deportistas hay un pequeño alto número de casos de muerte súbita.
Cómo prevenir la muerte súbita en los runners y corredores
Practicar ejercicio físico es bueno para la salud, de eso no hay ninguna duda, pero también es cierto que entre los deportistas hay un pequeño alto número de casos de muerte súbita. Entre ellos, runners y corredores. ¿Cómo prevenirla? La salud del corazón es la clave.
Cuando hablamos de muerte súbita en un runner nos referimos a aquel fallecimiento que ocurre de forma inesperada durante la práctica deportiva de entrenamiento o en una competición. El corazón se para, ipso facto. Y el corredor fallece. Una situación que se repite en un pequeño pero significativo número de deportistas. ¿Qué podemos hacer para prevenir la muerte súbita en runners?
Lo mejor es seguir una serie de consejos que, como bien indica la Fundación Española del Corazón (FEC), evitarán efectos adversos e irreversibles a la par en el corazón. ¿Y a qué nos estamos refiriendo? Igual que es muy importante que los músculos estén entrenados adecuadamente, también el corazón debe estarlo ya que es el encargado de que la sangre llegue a todo el cuerpo.
Por ello es importante realizar ejercicio aeróbico. Las actividades englobadas dentro de este tipo de ejercicio reducen la tensión arterial y ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares. “La clave está en ir poco a poco, tomando conciencia de los límites del cuerpo. De lo contrario, el ejercicio pasaría de ser beneficioso a suponer un riesgo cardiovascular”, lamentan desde la FEC.
Otra forma de prevenir la muerte súbita en runners es tener mesura en la práctica de actividades de resistencia. Éstas, llevadas a cabo de forma intensa pueden llegar a ser perjudiciales para el corazón provocando alteraciones en la estructura y función del corazón favoreciendo así la aparición de arritmias.
Aunque la muerte súbita en runners y corredores suele darse en deportistas con enfermedades coronarias no detectadas previamente como el prolapso de válvula mitral, la miocardiopatía hipertrófica obstructiva, la displasia arritmogénica del ventrículo derecho o el síndrome de Brugada, seguir una serie de pautas a la hora de entrenar debe ser vital para no sufrir este tipo de problemas fatales.
Primero se debe empezar poco a poco, correr pocos kilómetros y durante poco tiempo. Todo runner debe empezar por entrenarse con regularidad para, con el tiempo, poder dedicarle a este tipo de ejercicio físico entre una a dos horas unas cinco veces a la semana. En este sentido, los estiramientos previos y el calentamiento son fundamentales para aumentar la flexibilidad y regular el ritmo cardiaco de forma progresiva.
Los médicos recomiendan que hay que evitar correr si se tiene un problema cardiaco o respiratorio sin tratar o si se es menor de 15 o 16 años. Y al finalizar la carrera, algo que se suele olvidar: es importante volver a estirar y darse una ducha de agua fría.